jueves, 17 de diciembre de 2009

FUCK BUTTONS - "Tarot Sport" (ATP, 2009)




El dúo londinense Fuck Buttons lanzó el año pasado su impactante y sorpresivo debut “Street Horrrsing” bajo la etiqueta ATP, dejando con la boca abierta y un timbre en los oídos a la audiencia y la crítica. La inteligente y delicada mezcla de un noise eléctrico y estridente particularmente bien manejado, tintes de un drone progresista y seudo industrial, una actitud a ratos liberadoramente desgarradora y agresiva, más una producción musical realmente notable, hicieron de su sonido una delicia para los oídos con ansias de innovación.


“Tarot Sport”, su recientemente lanzado segundo trabajo, es una vuelta de tuerca a ese concepto inicial, pero conservando el espíritu y actitud esencial de la banda. Se trata de un disco más oreja, con un sonido aún más fino y manipulado, mejor producido y, sobre todo, una rítmica musical que a ratos perfectamente invita al deseo de bailar. El resultado de la fórmula es una dirección musical menos dura y chocante. No existen voces, ni gritos desgarradores ni momentos de suciedad abrasiva intensa como en su placa debut. Se trata de un álbum inteligente, llamativo por su propuesta sonora y dueño un concepto que evoca un eclecticismo seudo esotérico con un imaginario fantástico y casi metafísico.


El disco parte con “Surf Solar”, un tema simplemente sublime. Escuchamos un bassline profundo que bien podría ser trance, un tiempo agobiantemente repetitivo y mucho trabajo de perillas y efectos. En 10 minutos te sumerge en una especie de trance futurista lleno de ornamentaciones digitales y luces que provienen como de un viaje interespacial. Otro de los puntos destacables es "The Lisbon Maru", una pieza marcada por una percusión de platos metálicos que suenan casi tribales, que lentamente van saturándose por un ruido estridente pero melódico a la vez. "Phantom Limb" mezcla glitches y micro sonidos filtrados con sintetizadores ácidos al más puro estilo de Spacemen 3 en su etapa tardía, mientras que "Space Mountain" y "Flight of the Feathered Serpent", los dos temas finales que juntos marcan 18 minutos, se mueven entre la percusión monótona, el tempo encendido y una sensación de baile intenso pero meditativo.


Fuck Buttons pasó la prueba del segundo disco con sobradas distinciones. Más aun, nos dio otra lección y ejemplo de que el ruido puede ser bello y, además, puede bailarse. "Tarot Sport" termina siendo una obra casi épica, donde al final uno se encuentra gratamente consternado por su invación sonora y esa especie de meditación futurista en que te sumerge. Siendo así el silencio que irrumpe luego de la última canción, una especie de vació intrigante y extraño al final de un largo e intenso viaje.







martes, 15 de diciembre de 2009

THE FLAMING LIPS - "Embryonic" (Warner, 2009)



Durante la última década parece haberse olvidado que The Flaming Lips fueron, en sus inicios ochenteros (con discos como “Oh My Gawd!” “Telepathic Surgery” y “In a Priest Driven Ambulance”, ignorados por los fans de sus etapas siguientes), un símbolo de rock extravagante y políticamente incorrecto, heredero del punk, el garage y la sicodelia más ácida y desenfrenada. Tal como reza el título de una recopilación de estas primeras obras lanzado el 2002, llamado “Finally the Punk Rockers are Taking Acid”.


Antes de convertirse el año 93 con “Transmissions from the Satellite Earth” en un suceso pop con refrescantes ideas provenientes de su experiencia underground, los Lips eran los punketas hippies de moicas desarmadas y poleras floreadas, fervientes vividores del revival del LSD y dueños de un sonido y actitud frenética, un eclecticismo y energía que desbordaba de manera efervescente y caótica. Además de compartir en la segunda mitad de los 80 con bandas como Butthole Surfers y Mercury Rev (donde luego tocara el guitarrista Jonathan Donahue) el surgimiento de corrientes neo-sicodélicas con variadas influencias como la ola de experimentación que produjo el periodo post-punk.


Pero el tiempo pasa (y también las sobredosis y las clínicas de rehabilitación) y no en vano para los oriundos de Oklahoma, ya que tras vivir lo que llaman una “evolución musical”, la partida de varios integrantes y lanzar verdaderos sucesos comerciales aclamados por la audiencia del rock alternativo (y el no tanto) cómo el insigne “The Soft Bulletin” de 99 o el ultra radial “Yoshimi Battles the Pink Robots” el 2002, la banda liderada por el excéntrico pintamonos Wayne Coyne, termina de re-encariñarse con su esencia lisérgica y experimental tras tibios intentos en su álbum predecesor de 2006 “At War with the Mystics” y el DVD del año pasado “Christmas on Mars”. Si, ya que “Embryonic” es lejos el disco más psicodélico, sofisticado y ambicioso de la banda desde el épico “Zaireeka” de 97. Un notable y sorpresivo álbum doble con un radical retorno a sus orígenes, esa mirada en el psych rock de los 60 y 70 y una mística especial llena de ideas contemporáneas mezcladas gloriosamente en una especie de juguera ácida.


“Convinced of the Hex” abre el disco de manera perfecta indicándote que estás frente a algo distinto a lo hecho por The Flaming Lips en los últimos 12 años. Escuchamos guitarras chirriantes y ruidosas, tiempos nerviosos e irregulares y toda clase de adornos y parafernalia seudo barroca. Y a medida que avanzan los 18 temas que componen el álbum completo, uno no se cansa de encontrarse con variedad de sonidos (entre la experientación pysch pop, la sensibilidad retro y el vanguardismo de esta era) y una gama de detalles y recursos musicales interesantes que conforman una obra que va más allá del formato de álbum convencional y apuesta por una presentación extensa y compleja, casi conceptual. Llama la atención también los títulos y letras de los tracks, en una especie de imaginario entre esotérico y fantástico fusionado con un particular sentido de la ironía y lo lúdico. Destaca la emotividad de “Evil” e “If”, la notable nostalgia misteriosa y oscura de “Powerless” con ese sonido profundo y extraño, la lúdica y teatral “I Can be a Frog”, la percusión estridente y casi industrial de “Worm Mountain”, la excentricidad de “Aquarius Sabotage” o “Sagitarius Silver Announcement” y el final intenso y redondo de “Watching the Planets”.


Luego de escuchar “Embryonic” uno se siente satisfecho y, mejor aún, sorprendido gratamente. Es notable como una banda legendaria como The Flaming Lips sepa reinventarse musical y conceptualmente de manera sincera y con talento luego de más de 20 años sonando y sacando todo tipo de discos, para diferentes audiencias. Parecieran no tener que demostrarle nada a nadie a estas alturas, pero se dan el lujo de re-explorar sonidos aparentemente sepultados en su imaginario y de reencantar a antiguos fans con un toque de nostalgia. Y son de esas bandas de verdad que no pierden la frescura y las ideas con el paso de los años y que siguen entregando su sonido de manera honesta y con gran calidad. Al parecer, y para nuestro bien, aún hay Lips para rato.






para:

POTQ.cl


www.myspace.com/flaminglips


::: Descargar :::

sábado, 12 de diciembre de 2009

LUCIANO - "Tribute to the Sun" (Cadenza, 2009)




El chileno Lucien Nicolet, alias Luciano, llamado junto a Ricardo Villalobos uno de nuestros embajadores electrónicos afincados en Europa hace largo tiempo, se atreve con un álbum lanzado bajo su propio sello Cadenza (con base en Suiza), y que resulta ser su trabajo más ambicioso, experimental y refrescante a la fecha.

Coincidiendo con la llegada de la época estival en el hemisferio sur, Luciano le hace una alabanza alegórica, multiracial y colorida al astro rey. En un disco que, alejado de la frialdad minimalista y el microhouse ortodoxo de Fabric 41, nos entrega desde coros de niños seudo angelicales (muy al estilo de Enfants (Chants) de Villalobos) en el tema que abre el disco Los Niños de Fuera, además de variedad de percusiones étnicas africanas (Sun, Day and Night y Celestial) y delicadas ambientaciones que hacen imaginar un ensueño de verano idílico y placentero con variedad de sabores de la tierra.

Luciano se toma su tiempo, alargando como le gusta los temas y sumergiéndote lentamente en un estado del que no puedes escapar. Una languidez luminosa y casi somnífera que hace sonreír, escalofriarse y bailar gentilmente. Hay espacio también para los basslines y sonidos minimal orgánicos característicos del sonido del chileno en Metodisima y Oenelogue, dos tracks más apegados al estilo que le conocemos y que no hacen más que darle versatilidad y unidad al disco, pues están perfectamente bien complementados con el resto del conjunto.

Luciano demuestra por qué se ha ganado la admiración de la escena electrónica mundial. Al igual que su compatriota Ricardo, su raíz mestiza más la influencia musical latina que los dota de un groove sabroso y el gusto por las percusiones étnicas han refrescado las fórmulas estrictas del techno y del house europeos con un nuevo aire de innovación que la audiencia disfruta y aplaude con fervor.

Una delicia de álbum, innovador y estilístico. Alejado de la pista de baile tradicional de club, pero íntima y gratificantemente cercano al aire libre, a la playa, al campo, al Sol. Para escuchar y bailar con el espíritu libre del verano.





Para:

lunes, 30 de noviembre de 2009

MONOLAKE - "Silence" (Imbalance Computer Music, 2009)




El dúo berlinés Monolake (conformado por Robert Henke y Gerard Behles en esa época) lanzó el año 97 un álbum que, en estos días, es considerado un estandarte de la música electrónica. El brillante y sublime Hong Kong, engendrado bajo el alero del seminal sello alemán Chain Reaction, mezcló con una inteligencia y sutileza admirable los beats fríos y clínicos de la escuela del Techno de Detroit y el minimal de Berlín, con gentiles atmósferas y sonidos texturados hasta el infinito en una aproximación a la corriente IDM de mediados de los ’90. Y dieron así origen a uno de los proyectos electrónicos más influyentes, musical y conceptualmente, de las últimas décadas.

Hoy, doce años después de aquel debut y tras la partida de Behles para fundar y dedicarse a la compañía de software musical Ableton Live, Monolake es comandado en solitario por el cerebrito musical de Robert Henke, también desarrollador de Ableton y que está obsesionado con el estudio conceptual del sonido. A la par de artistas sonoros digitales cómo Alva Noto (Carsten Nicolai), Ryoji Ikeda o Ryuichi Sakamoto, el alemán posee una técnica y visión compositiva marcada por las corrientes minimalistas y conceptuales ligadas a la tecnología digital. En Monolake siempre se mantuvo una dirección melódica y etérea en los 90, pero fue mutando hacia un sonido más frío y matemático en la actual década, donde Henke aprovechó de echar a andar su proyecto homónimo en solitario para explorar inquietudes dentro del ambient y el drone.

Es así como luego de grandes discos cómo Cinemascope (2001) y Polygon Cities (2005), Monolake devela su nueva y esperada pieza sonora titulada de manera poderosa y tentadora: Silence. El propio Henke describe así, en su página web, sus inquietudes musicales: “Monolake se trata de complejidad. De Detalles. De la elástica tensión entre los beats en primer plano y los elementos de textura en el fondo”. El silencio, como bien decía el viejo maestro John Cage, no existe propiamente tal. Todo es música. Y en Silence esa parece ser la regla.

Un disco extremadamente cerebral, solo para aquellos con paciencia auditiva y gusto por las ambientaciones y las composiciones experimentales basadas en múltiples capas sonoras. El disco posee ligeros e inteligentes samples extraídos de anuncios de variados aeropuertos, sonidos de una antena de radio en Berlín, goteras de agua en un jardín botánico en Florencia, sistemas de aire acondicionado en Las Vegas, Frankfurt y Tokio; viento en el gran cañón, contestadotas telefónicas de amigos de Henke y grabaciones de trabajos de construcción en un túnel en Suiza, entre otros. Todo esto va magistralmente acariciado y envuelto en finas y transparentes capas de sonido orgánico y lentos beats seudo industriales, finos y metálicos. El disco completo es un magnífico y fluido viaje de frecuencias y ondas auditivas eternas, para escuchar con atención, a gran volumen y con audífonos cada mínimo detalle.

El berlinés lo deja en claro. Hay pocos que manejan el sonido digital y lo conceptualizan como él. Su música es un fiel reflejo de los tiempos en cuanto a experimentación artística y tecnología. Nos regala este nuevo álbum y nos da una lección: el silencio no es más que música.






miércoles, 11 de noviembre de 2009

ATLAS SOUND - "Logos" (Kranky Records, 2009)





El año pasado, Bradford Cox, un tipo prolífico y generoso con los fans en cuanto a mostrar su música por Internet, dejó por casualidad su cuenta de MediaFire abierta. Filtró parte de lo que sería el bonus disc “Weird Era Cont” del disco de su banda Deerhunter titulado “Microcastle”. También se escaparon descartadas versiones demo de lo que ya venía planificando en solitario en aquellos días: su segundo y esperado álbum titulado “Logos”, bajo el pseudónimo de Atlas Sound: su proyecto en solitario donde explora los sonidos netamente lisérgicos que tanto le gustan (y que no destacan del todo en el estilo de Deerhunter) y también los más experimentales, adornados con un toque de nostalgia sicodélica sesentera y acid folky.

Superado el impasse con los tracks filtrados, Cox dijo que el álbum sería totalmente distinto a lo que los fans escucharon y que sería alejado de su predecesor, el íntimo “Let the Blind Those Who can See but Cannot Feel”. Y la impresión fue mayúscula al comprobar cuan talentoso y sensible musicalmente puede llegar a ser el chico de apariencia nerd y esquelética figura quien sufre del síndrome de Marfan.

“Logos” es ampliamente superior al debut. Está mejor armado, se nota mayor crecimiento en lo musical y sobre todo, se respira un álbum profundamente inspirado y emotivo. Punto alto es, además, la inclusión de dos colaboraciones de lujo: Noah “Panda Bear” Lennox de Animal Collective, interpretando la lúdica y entrañable “Walkabout”, en la canción menos cercana al sonido de Bradford Cox y más familiar a lo hecho por Lennox en solitario, pero que destaca ampliamente en el disco. Además sobresale la aparición de Letitia Sadier, voz y lider de Stereolab, en otro de los temas ambiciosos y notables, llamado “Quick Canal”.

Este álbum es un estado anímico, espiritual incluso. Canciones como “The Light that Failed” y “An Orchid” evocan una melacolía de tarde veraniega lánguida y contemplativa. Una especie de rareza alucinógena, graciosa y escalofriante que hace reír, llorar y cerrar los ojos. Cox pareciera desplegar, libre y entregado, toda su colorida y fluorescente imaginación al fusionar tintes de un folk retro con sofisticados pasajes experimentales siempre acariciados por un aire psicodélico que a ratos lleva a imaginar a un Syd Barret de la nueva era. Cercanos en su extravagante imaginario ácido surrealista, lúdico, pseudo infantil y hasta irónico, pero distinguidos por el lenguaje posmoderno y ecléctico de Cox.

“Logos” es la quinta producción de Bradford en solo dos años, incluído lo hecho con Deerhunter. Se roba las miradas y los aplausos además de consolidarlo como un talento sobresaliente y una de las nuevas figuras y fetiches hipsters. Este nuevo disco de Atlas Sound es como una experiencia psicoactiva que se disfruta de principio a fin. Un álbum para ponerle play, recostarse en el pasto y escuchar bajo un sol caleidoscópico de verano.





para:
POTQ.cl


sábado, 7 de noviembre de 2009

"WARP20" (Boxset edition) - (Warp Records, 2009)





A la vez que en el mundo de la electrónica el destacado sello alemán de minimal techno, Kompakt, cumple 10 años y su par londinense Hyperdub, dedicado a las nuevas corrientes del Dubstep celebra 5, la seminal e invaluablemente influyente etiqueta inglesa Warp Records (quien nos visitara el mes pasado trayendo a Prefuse 73 y Plaid) hace lo suyo con un número que inspira respeto: 20 años.
Warp, para los no entendidos, es la casa paternal de Boards of Canada, Aphex Twin, Autechre, Nightmares on Wax y varios otros nombres fundadores de lo que con el tiempo se llamó comúnmente IDM (intelligent dance music). Música electrónica de tendencia experimental, ambiental, melódica y, generalmente, para escuchar en casa o fuera del club o disco.

La influencia de los artistas acunados en Warp es inmensa y podría hablarse de ella en infinitas líneas, pero basta con decir que cambió para siempre el rumbo de la electrónica: la sacó de la disco, la hizo no-necesariamente-bailable, “inteligente”, ecléctica y la llevo a otro público y oídos. Así que razones son suficientes para celebrar 20 años de marcar tendencias y hacerlo de forma tan magnánima. Con una edición de extremo lujo de esas que quedan reservadas solo a esos fans para los que la música es la prioridad en gastos monetarios: un boxset impresionante con un artwork lleno de fotografías, escritos y delicadezas para quedar loco y que cuenta de 5 partes fundamentales:

“Unheard” es una edición triple en vinilo de 10 pulgadas con temas inéditos recién lanzados de artistas Warp. Una delicia fresca donde sobresalen los temas de artistas contemporáneos como Flying Lotus, Elecktroids y Seefeel y clásicos cómo Plaid y Nightmares on Wax.

“Chosen”, una edición doble en CD, donde el primero consta de 10 temas de todos los tiempos elegidos por fans de Warp en su sitio web, mientras que los del disco restante son escogidos por el co-fundador de la etiqueta, Steve Beckett. Destacan clásicos como Windowlicker de Aphex Twin, Roygbiv de Boards of Canada y Gantz Graf de Autechre.

“Elemental” es un increíble CD mix con todo tipo de tracks existentes en el amplio catálogo de Warp a lo largo de su historia hecho por el prestigioso DJ y productor inglés Osymyso. Se encuentra desde LFO, Red Snapper y Prefuse 73 hasta Squarepusher, Broadcast y los neófitos de “!!!”. Una joya de set y sin duda una de las partes más rescatables de todo el boxset.

“Recreated”: se trata de una edición en doble CD con 21 canciones de artistas Warp versionadas por otros artistas Warp de manera inédita. Cabe destacar a Autechre versionando a LFO, Mira Calix con Oliver Coates haciendo un cover a Boards of Canada y Born Ruffians haciendo lo propio con Aphex Twin, entre muchos otros tracks interesantes.

“Infinite”, finalmente, es la parte más lúdica e interesante de todo este monstruo musical. Se trata de una edición doble en vinilo de 10 pulgadas con 50 loops tomados de canciones clásicas de artistas Warp que no sobrepasan los 5 segundos cada uno. Todos juntos forman una espectacular mezcla abstracta de sonidos muy al estilo moderno de click and cuts de artistas como Prefuse 73.

Este boxset es musicalmente una joya, un nectar, una delicatessen como pocas. Tendrás que esperar otros 20 años para oír algo así. Es esencial para cualquier amante de alguno de los artistas mencionados anteriormente. Para los que vibraron con el periodo noventero más nostalgico de Aphex Twin y Boards of Canada hasta los que deliran con los músicos vanguardistas que Warp ofrece actualmente. Y también es un punto de partida absolutamente perfecto para quienes quieran comenzar a introducirse en una gran parte de la historia de la música electrónica. Que abarcó dos décadas completas desde 1989 y no parece querer detenerse por ahora.







para:
POTQ.cl

domingo, 1 de noviembre de 2009

5: Five Years of Hyperdub (Hyperdub, 2009)




El Dubstep es uno los movimientos electrónicos más interesantes y versátiles nacidos en la última década. La fusión de ritmos provenientes del Drum n Bass, el UK garage, el 2-step, el Breakbeat, etc. refrescó los clubes londinenses reuniendo en un mismo lugar a rastafaris, raperos, ravers, etc. e hizo del “bajo” el elemento primordial en el sonido de su música. Pero el Dubstep nunca fue tan progresivo y abarcó tantos oídos hasta que el sello londinense Hyperdub decidiera apadrinar en el año 2005 a una de las figuras más enigmáticas, misteriosas y talentosas de los últimos tiempos: el superlativo William Bevan, en esos años solo conocido por su nombre artístico: Burial.

El niño prodigio de South London no reveló su identidad al lanzar su primer disco homónimo el 2006. No daba conciertos, no se conocía su rostro ni concedía entrevistas. Solo lo hizo al lanzar su segunda y sobre-aclamada placa Untrue el siguiente año, por la enorme presión mediática y de sus devotos fans. Publicó una sencilla fotografía en su myspace, reveló su nombre y redactó despreocupadamente unas escuálidas líneas donde explicaba que no le interesaba la fama ni el reconocimiento. Que lo único que quería era hacer algo de música y lo que importara fuera solo eso: la música. Así, los que criticaron que todo el misterio que rodeaba a Burial era una estrategia comercial, debieron callar ante tal sincera confesión y tan grandioso álbum.

Burial expandió la fórmula de cómo hacer el Dubstep. Mas bien creó un nuevo y único subgénero que solo existe en sus discos. Sacó esas melodías oscuras y profundas de los clubes y las instaló en los callejones llenos de pozas de agua, en los buses de medianoche y las esquinas solitarias de un Londres nostálgico y condenado a la soledad. Tomó beats que sonaban iconoclastas para el estilo, atmósferas demasiado ambientales y escalofriantes y muchos samples de voces de fantasmas, películas misteriosas e historias urbanas.

Luego del fenómeno Burial, Hyperdub comenzó a producir una gama de artistas influenciados por los nuevos horizontes que esta música divisaba, y que ya no era una fría etiqueta más de música de club y DJs, sino solo una base o una influencia para desplegar la creatividad de nuevas mentes. El mismo creador del sello, Steve Goodman (Kode9) y su proyecto Kode9 and the Spaceape, el hip hop experimental de Flying Lotus, las melodías inteligentes y vanguardistas de Zomby, Ikonica y Darkstar y el groove profundo de Mala y King Midas Sound destacan entre los dos CD de 32 tracks de este amplio repertorio de artistas que adornan el interesantísimo álbum conmemorativo de los 5 años de Hyperdub. 5 años de vanguardia, ideas rompedoras, mucho wooble bass y beats que nunca sabes hacia donde irán.

Y, finalmente, no se puede dejar de mencionar la canción que destaca inevitablemente en esta compilación: la conmovedora Fostercare. Si, de Burial. Un verdadero himno a la melancolía urbana, tan profunda y delicada que dan ganas de repetirla 20 veces. Un placer increíble y una tortura a la vez, pues lo que hace Bevan es dejarnos con el exquisito sabor dulce en la boca y pidiendo que el próximo álbum llegue pronto. Porque sus dos LP, sus cuatro EP y su magnífica colaboración con Four Tet de este año, parecieran aun no ser suficientes para los que realmente admiramos y nos deleitamos con la belleza de su música. Como el mismo dijo: lo único que importa.


para:
POTQ.cl


viernes, 30 de octubre de 2009

VLADISLAV DELAY - "Tummaa" (The Leaf Label, 2009)





Sasu Ripatti, más conocido como Vladislav Delay (y dueño de otros proyectos cómo Uusitalo y Conoco), es un músico finlandés obsesionado con el lado más experimental de la electrónica. Quien también explora el terreno del micro y deep House de tendencia más pop y bailable en su genial proyecto Luomo, el cual le ha dado un amplio reconocimiento también en esa área.
El disco Multila editado en el año 2000 con el pseudónimo de Vladislav Delay bajo el prestigioso sello alemán Chain Reaction, (casa del dub, deep y minimal techno más refinado de sonido análogo, profundo y subacuático) es su placa insigne y la más recordada por su sonido increíblemente orgánico y lleno de profundas capas y arreglos sonoros, además de la marca registrada de Ripatti que es su eterno interés por la percusión quebrada y experimental.

Tummaa ("oscuridad" en finlandés) es su noveno disco, sin contar varios EP y remixes. Está grabado durante una estadia de Ripatti en una isla en medio del mar Báltico, mientras se producía lo que en Finlandia se llama el periodo de "Kaamos": donde las noches en invierno son extremadamente largas, dejando pocas horas de luz a los días. De ahí proviene entonces el nombre de Tummaa. Un estado de contemplación e introspección melancólica gestado en las profundidades de una noche interminable.

Tummaa se diferencia también por ser su trabajo menos maquinal; en donde más reemplaza los samples por percusión análoga, sin perder su esencia digital. Explorando así un territorio un tanto alejado de lo que venía realizando en sus últimas placas como Anima de 2008, donde creó una atmósfera riquísima en texturas y colores en un solo y extenso track de más de una hora.
Además cuenta de dos interesantes e inéditas colaboraciones instrumentales: el afamado pianista Craig Armstrong, y el clarinetista y saxofonista Lucio Capecce. Así Ripatti se encarga de mezclar triggering y manipulaciones de ruido blanco con las perillas y de percutir con sus steel drums hechos a mano, mientras Armstrong interviene con ocasionales improvisaciones en piano y Capecce realiza inharmónicos solos de viento.

El sonido de Tummaa es un tanto más cerebral y matemático que sus trabajos anteriores. Y está cargado de una actitud sofisticada y madura que el finlandés no había alcanzado nunca. Se respira por todos lados un sabor a vanguardia y a exploración más allá de los límites de los sintetizadores y las máquinas compañeras de siempre. El tema que abre el disco, Melankolia, es un buen ejemplo de esto: posee una atmósfera emotiva y melódica que contrasta con el serio piano de Armstrong (que recuerda un poco las melodías del minimalista japonés Ryuichi Sakamoto) y las percusiones arítmicas. El cuerpo y estructura de la obra es, en general, más desnudo y mínimo que todo lo hecho anteriormente. No existe tanta base ni sonidos profundos o atmosféricos intensos, más bien todo se mueve entre una rítmica guíada por los contínuos samples y las quirúrjicas manipulaciones de ruido. Se identifica también un interés por la rítmica del Dub, especialmente en los temas Musta Planeeta y Toive, dos piezas donde abunda el uso de bajos y de atrevidos loops.

V Delay ha alcanzado una madurés interesante que lo ha hecho viajar más hacia su interior a recolectar nuevas experiencias y sonidos. Engendrando así esta oscuridad silenciosa y extraña, y regalándonos una obra donde se transmite y se palpa un encuentro futurista triunfal entre los sonidos digitales y la instrumentación clásica.



para:
Extravaganza!


jueves, 29 de octubre de 2009

SPARKLEHORSE + FENNESZ - "In the Fishtank 15" (In the Fishtank Records, 2009)





Pocas veces se tiene la oportunidad de escuchar a dos músicos tan interesantes y a la vez tan extraños juntos. Y que esto se haga realidad se convierte en un verdadero fetiche auditivo que solo genera el máximo placer.

La versión número 15 de la serie de colaboraciones In the Fishtank, fusiona a uno de los músicos Indie más innovadores y sofisticados como Sparklehorse con uno de los máximos genios delante de un laptop en estos días, el músico austriaco Christian Fennesz. Quien también se destaca por mezclar atmósferas con guitarra en medio de sus exploraciones electrónicas instrumentales. El resultado de este encuentro es un real exorcismo sónico desde lo más profundo del territorio de los sueños.

El inevitable ímpetu experimental de estos dos artistas los lleva a entenderse de manera notable a la hora de crear atmósferas. A ratos tan orgánicas y gentiles, en otros tan abrasivas e inquietantes. Se oyen pasajes de intensa calma, de texturas digitales transparentes y finas. Voces tímidas y lejanas que hablan como en un lamento o un susurro increíblemente frágil. También hay clímax de estridencia, de saturación y algo de ruido inteligente.

Este disco es como una ensoñación etérea de cautivante belleza, de sonidos que vienen de otro mundo. De otro plano antimatérico de vibraciones y resonancias que van más allá de lo racional. La música de este álbum parece venir desde otra vida, quizás. Como la de un pez divagando sin rumbo en el espacio abstracto de su pecera.



miércoles, 28 de octubre de 2009

BURIAL & FOUR TET - “Moth / Wolf Club” 12" EP (Text Records 2009)





Un vinilo negro en carcasa negra con cobertor y funda negra. Sin nombre ni información. En la superficie del disco apenas se lee el nombre de los artistas escrito de manera manual y despreocupada. La nula parafernalia de esta edición, en tiempos de saturación infórmatica y de enfásis en la imágen, provoca e impacta. Y finalmente parece sugerir: “solo dale play y escucha”.

Dos temas componen esta colaboración en formato EP de 12 pulgadas, entre dos de las figuras más interesantes de la electrónica por estos días: el cerebral Kieran Hebden (Four Tet) con sus melodías ambient inteligentes llenas de variados colores, y el sombrío chico prodigio del Dubstep, William Bevan (Burial). Quien vuelve tras lanzar el mundialmente sobre-aclamado Untrue de 2007. El disco lanzado bajo el sello Hyperdub, que terminó de revolucionar la forma de hacer el Dubstep con nuevas influencias y fórmulas, llevándolo más allá de la fría etiqueta y posicionado a Burial como un talento superlativo.

Lo que hace tan tentador este trabajo en conjunto es el lenguaje musical de cada uno de estos artistas: uno más frío y matemático cómo Four Tet, otro de sonidos cálidos y profundos, con un toque preciso de groove. Parece ser un equilibrio perfecto entre opuestos complementarios. Una sinapsis precisa o una fusión alquímica de alto vuelo.

Moth es una sensual exquisitez de bajos profundos, densa atmósfera y ritmo lánguidamente pegajoso. Para acompañar con la cabeza y algo de humo alrededor. 10 minutos de un sabor a raíz negra, a un club londinense semi vacío en plena medianoche profunda. Probablemente uno de los top 10 de los mejores temas de este año. Y es Burial quien le imprime mayormente su sello, aunque podemos notar la mano de Hebden en la ambientación de fondo.

Wolf Club es una pieza más texturada y orgánica de sonidos dulces y acuáticos propios de la IDM ambiental de Four Tet. El lado frio y más abstracto del disco, que se encuentra de pronto con los breakbeats clínicos de Burial, para darle ese toque de fusión y de equilibrio a la obra y terminar de redondear una propuesta que convence por todos lados. Que gusta de principio a fin sin sobresaltos ni dudas.

Un notable trabajo de seducción. En frasco chico, como las mejores cosas de la vida.



para:
Extravaganza!


MORITZ VON OSWALD TRIO - "Vertical Ascent" (Honest Jon's 2009)



Vertical Ascent es el disco debut del trío compuesto por Max Loderbauer (NSI, Sun Electric), Sasu Ripatti (Vladislav Delay, Luomo, Uusitalo) y el pez más gordo del techno de Berlín: Moritz Von Oswald (Maurizio, Basic Channel, Rhythm & Sound). Todo un dream team del vanguardismo y la experimentación electrónica en estos tiempos.

Dividido en 4 partes, esta asunción vertical es un flujo instrumental incesante de atmósferas, timbres y ecos profundos. Todos provenientes de una rica paleta de sonidos digitales y análogos propios del minimalismo, el deep techno y la experimentación libre. Un increscendo constante de ritmos y armonías, pasando desde la quietud silenciosa hasta un clímax de frecuencias micro sónicas elegantemente ornamentadas.

Con Ripatti a cargo de la percusión con sus steel drums, Loderbauer creando una fina y transparente base sintetizada y Von Oswald al mando de su Fender Rhodes, el resultado es un maduro manifiesto auditivo posmoderno con reminiscencias al avantgarde de John Cage, al krautrock de Can y a un free jazz futurista. Un exquisito masaje de ondas sonoras para el alma y el oído.


para:
Extravaganza!

::: Descargar álbum :::