Todos conocen y han sufrido la vacía connotación comercial que se le ha dado en Chile a una fecha como el 31 de octubre. Los -cada vez menos- niños disfrazados de personajes terroríficos que salen a la calle a tocar timbres y recolectar golosinas, además de los supermercados repletos de absurdo merchandising alusivo, están lejos de la inspiración tras este artículo. Aunque crecimos con la televisión gringa de los ’90 formándonos una idea fantasiosa de la noche de Halloween, los orígenes y simbolismo de esta celebración, que poco tiene que ver con nuestro país, son la excusa perfecta para exorcizar nuestro lado oscuro y presentar un nuevo mixtape en POTQ.
“All Hallow’s Eve” (víspera del Día de Todos los Santos) es la expresión inglesa que sufrió una trasliteración para derivar en lo que hoy conocemos como Halloween. Ésta proviene de la festividad celta del Samhain, nacida en Europa, en que los Druidas participaban de oscuros ritos paganos donde se invocaban espíritus y entes malignos, congregándose multitud de brujos para practicar ciencias ocultas y espiritismo. Con el tiempo, el catolicismo se apoderó de esta festividad disfrazándola con el nombre de Dia de Todos los Santos, emigrando desde el Viejo Continente a Estados Unidos y luego expandiéndose al resto de América.
En la música, en todos los estilos y épocas, siempre ha habido adeptos al mundo de las sombras y tomamos esta oportunidad para recordar a algunos de ellos. A continuación, una colección de compositores interesados en la oscuridad: un compendio de historias de brujas, espíritus, noches de luna llena y simpatía por los muertos. Una celebración pagana posmoderna, donde la melodía es la herramienta y lo que realmente importa.
No me imagino una mejor forma de comenzar esta lista que con Salem. Bautizados con un nombre totalmente brujeril y con esa escalofriante mixtura de dubstep, goticismo y hip hop, son la banda más sobresaliente del llamado movimiento witch house. La oscuridad nunca pasa de moda y, hasta en la electrónica, se encuentran fervientes cultores.
Un clásico inmortal del rock gótico y de los herederos del post-punk. Extraído de su fundacional álbum debut, uno de los singles más recordados de la banda del eterno Peter Murphy, quien acaba de lanzar su nuevo disco solista hace sólo unos meses y que aún demuestra esa fascinación innata por el lado oscuro. Sus inicios siguen sonando exquisitos, como si fuera la primera vez.
Este dúo inglés, influenciado en el techno y el dub más profundos y con un fuerte interés en el horror y la imaginería esotérica, debe su nombre a una mítica bruja apodada Demdike, enjuiciada en Lancashire, Inglaterra, en el siglo XIX. Este track de su último disco suena como un antiguo ritual siniestro donde los misteriosos cánticos se trasladan a una interpretación moderna de aparatos electrónicos y efectos cinematográficos.
Sabemos que nunca pensaste leer sobre Black Metal en POTQ. Pero es que entre las absurdas poses seudo malignas, el exceso de corpsepaint y de cruces invertidas, el controversial Varg Vikernes, alias Burzum, puede ser apreciado incluso por quienes no están familiarizados con esta música. El primer tema de este magnífico álbum grabado en 1993, antes del encarcelamiento de Vikernes -pero no publicado hasta 1996- se inspira en leyendas de la mitología nórdica y posee, como pocas obras, una atmósfera intrigante a la que resulta imposible resistirse.
Si “Confusion Is Sex” (1983) es el disco más ruidoso y crudo de Sonic Youth, el excelente “Evol” tiene la particularidad de ser el más oscuro. Esta canción, como extraída de una banda sonora freak y narcótica de alguna película de horror, resulta ideal para una noche de pesadillas y miedos infantiles en donde yacemos estupefactos y hundidos en nuestra cama.
Aidan Baker, el canadiense tras el proyecto dronero Nadja, y el notable músico ambiental Tim Hecker se unieron hace unos años para elaborar un disco inspirado en almas en pena y espíritus nocturnos. Su primer track es una invitación a abrir un portal a otra dimensión: como un medium que, a través de la música, llama a las almas perdidas a su encuentro.
Una de las mejores bandas dark de los años ’90, que incluso algunos pudieron ver en nuestro país tocando en la discoteque Blondie el 2001, siempre guiados por temáticas románticas y un elegante y dramático estilo. Éste, proveniente de su álbum debut, es uno de sus temas más entrañables y recordados.
Liderados por la figura icónica del fallecido Rozz Williams, Christian Death fue, probablemente, la banda más representativa del deathrock californiano de fines de los ’70. ‘Romeo’s Distress’ es una canción símbolo del goticismo en el mundo entero y hasta nuestros días se escucha en antros y fiestas dark. Con un toque punk y la inconfundible vocalización de Willliams, un clásico de noche de brujas que, incluso, puede bailarse.
Un nombre icónico de la contraparte inglesa al deathrock americano, acunado en el mítico club londinense Batcave junto a grupos como Sex Gang Children y Specimen. Encabezados por el macabro Nik Fiend y su esposa, una agrupación que mezcló la oscuridad post-punk con un característico toque industrial y ruidoso. Éste es uno de sus hits más memorables.
Extraída del álbum más pretencioso de los impresionantes monjes del drone doom, una pieza que combina la profunda vibración de guitarras en letargo con influencia en cantos rituales y religiosos de la antiguedad. Una banda que ha sabido complementar con maestría lo impactante de su sonido con el fascinante concepto de sus shows en vivo y su reformada imaginería ocultista. Toda una intensa y sombría experiencia.
El productor británico Leyland Kirby comenzó con su proyecto The Caretaker en los ’90 inspirado en la película “El Resplandor”. Escuchando su reciente último álbum, este concepto toma más vigencia que nunca. Un áura de tiempos lejanos donde la música es como un espectro atrapado en el tiempo que resuena en alguna vitrola abandonada. La mezcla de melodías anticuadas y atmósferas sombrías generan un efecto sugestivo muy poderoso, ideal para ambientar una noche como ésta.
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